El reto de ser ucevistas

Por Iliana Goncalvez

Estimados estudiantes

Me dirijo a Uds. muy respetuosamente para hacerles llegar un mensaje que considero importante, ahora que comienzan esta ingrata pero a la vez hermosa carrera.

En los últimos tres días de Examenes Orales no he dejado de pensar en todos y cada uno de Uds. en su desempeño, en su forma de transmitir lo que han aprendido durante este tiempo y debo decir que han sucedido eventos que nos han marcado, tanto a Uds como a mi.

Muchos de Uds .han logrado avanzar hacia el conocimiento de una forma paulatina. De una forma sencilla pero segura, han tenido éxito en la comunicación. Pero muchos, la gran mayoria, aún no han comprendido de qué se trata.

A muchos les hice un feedback al finalizar sus examenes orales. Espero que la semilla haya caído en tierra fértil.

Como profesoras del Dep. de Alemán, nos preocupa el hecho de que muchos estudiantes (de ambas secciones) tienen una actitud paternalista hacia la universidad y sus docentes. Eso, en un mundo en el que los cambios se dan casi sin tener tiempo de analizarlos, que nos coloca frente a situaciones inesperadas en las que se espera podamos salir ilesos y aprender de ellas, nos demanda necesariamente otra actitud ante los retos cotidianos, más aún si son miembros de la más prestigiosa casa de estudios de este país.

No se trata simplemente de "medio aprobar" o "medio aprender", o de que la materia tal o cual sea "pelua". Es más una actitud positiva hacia el logro, es tener sed de aprender y ser a la vez proactivos en pos de los sueños individuales y de la armonía colectiva tan ausente en estos tiempos irónicamente globales.

Ser Ucevistas va más allá de hacer la cola en el comedor, o de sentarse a pasar un buen rato en las humedas sábanas de tierra de nadie. Es también llevar al aula sus retos, dibujar en relieve su futuro, lo que desean ser y valorar todo lo que sacrifican a diario para estar en esos pupitres, que, si me preguntan, son tronos de los que hay que sentirse dignos de ocupar.

Evoquen por un instante la emoción y el júbilo que sintieron cuando supieron que dejaban atrás las camisas beiges y la faldita del colegio para abrazar el azul de la Ciudad Universitaria; el ver sus nombres pequeñitos en una sabana de papel que parecía que se perdía de vista, allá en los pasillos de la Facultad de Humanidades....Eso es, esa es la energía que ahora necesitan para izar sus velas y retomar el rumbo de su camino hacia el éxito que de seguro los espera con su cálido abrazo.

Sientan orgullo de ser UCEVISTAS, que cada esfuerzo que hagan o dejen de hacer les recuerde si le hacen justicia a ese magno adjetivo. Piensen si realmente estamos venciendo la sombra o más bien nos estamos adormeciendo bajo ella.