Por Jesús Morales Pineda
De: André Marcel Adamer Bélgica. Texto original del Frances, traducción a cargo de Hernán Soto.
En este libro he conseguido, quizás por primera vez o tal vez sea el estilo del autor, una crudeza visual del tipo más visceral combinada con una prosa embellecida con las palabras más nobles. El libro trata de la vida de un ave, una corneja específicamente. Desde el momento de su nacimiento los eventos transcurren marcados por la muerte, vista desde una perspectiva simple y sin reproches, casi como la cosa mas natural, lo que cambia al progresar la historia cuando adquiere una dimensión, que por no poder llamar humana, llamare antropológica.
Corneja no tiene nombre, este cuento no trata de humanizar al personaje, no es la intención llevar a una metáfora entre el hombre y el ave. La intención fue quizás ver al hombre y esa idea humana de la muerte desde afuera, desde lo animal, lo que refuerza lo que tiene esta historia de visceral y orgánico. Así que en los primeros capítulos del cuento nuestra presencia no abarca más que algunas referencias. Conforme se predice desde tales capítulos el personaje, quien es a su vez el narrador, se internaliza en ese mundo que desde un inicio le despierta una abrumadora curiosidad, no solo entra en la vida humana sino también en su lenguaje, “una cosa no existe a menos que lleve su nombre y sobreviva a su ausencia”. Cap VI. En esta historia se observa muy poco color, como la idea visual de dinámica y emoción, se desenvuelve en un encadenamiento de inviernos, hasta volverse la firma de la obra. Mas no es un invierno melancólico, es solo un telón dramático. En si misma esta historia me hace presumir una larga observación de estas aves y una fuerte abstracción de lo humano y de los sentimientos.
No estamos hablando de Shakespiere, ni tampoco Juan Salvador Gaviota ni un poema de Allan Poe o Baudelaire. Por ello no quiero dar una critica que haga pensar lo contrario, es un gran libro, eso si y de los anteriores tiene la prosa, la narrativa y una gran visualidad, tanto por las imágenes verbales de gran fuerza descriptiva como por el estilo narrativo escenificado en el siglo XIX. Por demás queda advertido en la versión del libro de la editorial Txalaparta, que la diversidad de la obra de este autor hace muy difícil dar una critica comparativa de este libro. No obstante es una buena historia, sin pretensiones de dar una lección. No la podría llamar ligera, así que digamos que es de fácil lectura.
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