Libros. El Universo en un solo átomo.

Por Ramón Morales Castel

Un forzoso exilio de su dominio natal le hizo peregrinar por el mundo en busca de la paz mundial y del diálogo entre las naciones. Así, el líder espiritual del pueblo tibetano se dió a conocer entre políticos, jefes de estado y científicos de todo el mundo. En occidente es particularmente visto como una figura simpática y graciosa siempre sonriente, no tanto como un filósofo o epistemólogo capaz de articular disertaciones sobre las más controvertidas teorías científicas actuales.

El universo en un solo átomo es un libro que puede impresionar a aquellos que esperan opiniones estereotipadas de la religión (el budismo, en este caso), o condicionadas por el entorno sociocultural de su santidad el Dalai Lama. Mucho más que una exposición repetitiva de doctrinas o dogmas religiosos, este libro, adornado sencillamente con anécdotas y datos autobiográficos, muestra el brillante y versátil entendimiento de uno de los personajes más carismáticos del mundo.

Más allá de los detalles conceptuales teóricos de las “posiciones científicas”, el Dalai Lama nos lleva a la comprensión de las implicaciones prácticas y psicológicas de las posturas metafísicas que los científicos (muchas veces sin saberlo, y los que no lo son) asumen al aceptar ciegamente los presupuestos científicos.

"En un coloquio público que se celebró en Alemania llamé la atención a la tendencia creciente entre científicos serios de tener en consideración los preceptos de las tradiciones contemplativas del mundo. Hablé del terreno común entre mi propia tradición budista y la ciencia moderna, especialmente de los argumentos budistas que abogan por la relatividad del tiempo y el rechazo de cualquier noción de esencialismo. Entonces vi que Carl von Weizsäcker se encontraba entre el público y, cuando dije lo mucho que le debía por mis limitados conocimientos de física cuántica, tuvo la amabilidad de comentar que, si su propio maestro, Werner Heisenberg, hubiera estado presente, le hubiese encantado conocer los claros y resonantes paralelismos entre la filosofía budista y sus conocimientos científicos.”

Capítulo 3.

El vacío, la relatividad y la física cuántica.

"Cuando pienso en las distintas maneras de manipulación de la genética humana, no puedo evitar sentir que nos falta algo muy importante en nuestra apreciación del amor a la humanidad. En mi Tíbet natal el valor de una persona no reside en su aspecto físico ni en sus logros atléticos o intelectuales, sino en su capacidad innata de sentir compasión por todos los seres humanos. [...] Todos los seres humanos tienen el mismo valor y el mismo potencial de bondad. Fundamentar nuestra valoración de la humanidad en su composición genética equivaldría a empobrecerla, porque los seres humanos son mucho más que genomas.”

Capítulo 9.

La ética y la nueva genética.