Por Daniel Ortiz
“Un remordimiento sin censura es un rocío de aplausos al malestar existencial. Nunca en el lánguido horizonte del pensamiento actual se reproducirán los huevos de seres extraterrestres. Es por eso que hoy he decidido romper el silencio. Porque siempre es necesario dar un espacio reconfortante para estimular un mejor desenvolvimiento de las actividades de seres como nosotros. Porque ya estamos aquí”.
Antes de empezar a escribir voy a pensar en que no voy a repetir. Aprovechando este atisbo de pluralidad seria conveniente hacer una reflexión...
¿Vivo en una célula antisocial?
Y... ¿Cómo es eso?
Pues junto pero no revuelto.
Y... ¿Qué quiero decir?
¡Sólo eso!
La minúscula sensación de sentirse perteneciente a un grupo siendo el miembro non grato para adaptarlo apropiadamente a la condición establecida. Me han tomado desde mi decaimiento al punto final y esperaron que reposara, luego me barrieron hacia el lugar mas oportuno. Sin los derechos merecidos. Tal como el pobre que sueña con el rincón merecido; si, esto se trata de la ubicación. Aunque dicho grupo considera a todos sus miembros de iguales, soy el xenófobo y es así como me han tomado en cuenta. Soy un extranjero al que se le dicen palabras agraciadas pero la realidad es otra. Cortésmente no soy atendido. La situación se pone turbia cuando diviso de forma nítida las moradas de los demás miembros que integran el grupo al que pertenezco, pues al fin y al cabo todos somos integrantes de la misma bandera. La humanidad es una masa desproporcionada de oportunidades y oportunistas, pero eso es otra cosa. Lo que me molesta es que siendo una pieza más en el rompecabezas mi posición pareciera no encajar con ninguna de las otras piezas.
Festivo es el resultado obtenido por mis protestas, sólo la caricia de la falsedad.
¿Es esto un problema? Un problema que se ve feo, engangrenado, no sano. ¿Usted lo vio lector?
Vivo menospreciado y halagado con heroísmos irónicos, no obstante, me derrito de placer cuando invocan el deprimente lema aprobatorio: "sin asiento lo presencio".
¡Conformismo! Sólo eso pareciera ser a lo que corresponde, pues no se entiende qué es lo que no se ve para comprender que se puede hacer algo más por mi pero pareciera que debido a mi condición de ser de otro espacio soy rechazado.
Moraleja: No es bueno pensar que estando en los cielos eres una divinidad ni mucho menos alguien que se va a estrellar irremediablemente por la gravedad, no. Tal vez tu sensación se deba a que perteneces a un grupo de onagros alados que arrojan alaridos sordos mientras ratas de
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